La ONU señala la cooperación como garantía para un acceso justo al agua

El día mundial pone el acento en los beneficios sociales y económicos de una gestión supranacional. El incremento de la población y el cambio climático generarían más desigualdad. 

La celebración mañana del Día Mundial del Agua adquiere esta vez más significado que nunca, debido a que el 2013 ha sido designado como el Año Internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua. El mensaje que con ello quiere transmitir Naciones Unidas es cristalino: ante los grandes retos que debe afrontar la humanidad respecto a la gestión de los recursos hídricos (800 millones de personas no tienen acceso a agua potable, una cifra que seguirá creciendo debido al aumento de población mundial y a los efectos del cambio climático) la única solución posible pasa por que los países y las instituciones internacionales cooperen entre ellas. Una conclusión que, primero de todo, surge del análisis de los riesgos que afronta el planeta en relación al agua. Según la ONU, si nada cambia en los próximos años, serían necesarios 3,5 planetas para cubrir las necesidades de una población mundial cuyo estilo de vida fuera comparable al de los europeos y los americanos. Dicho de otra forma, la sociedad occidental monopoliza los recursos hídricos para utilizarlos sin ningún tipo de reparo, mientras la mayor parte de ciudadanos (el 85% viven en la mitad más seca del planeta) tienen dificultades básicas de acceso. Por ejemplo, 2.500 millones de personas no poseen los servicios adecuados de saneamiento y de 6 a 8 millones mueren anualmente a causa de catástrofes y enfermedades ligadas al agua.

Mayor demanda de alimentos.

Además de este reparto tan desigual de este recurso, existe otra previsión a tener muy en cuenta. El número de habitantes del mundo crecerá en los próximos años en 2.000 o 3.000 millones de personas, lo que vendrá además acompañado de una evolución de los hábitos alimentarios. Ambos procesos supondrán un incremento del 70% en la demanda de alimentos de aquí al 2050. Por lo tanto, la necesidad de incrementar la producción agrícola hará que aumente la demanda de agua (la agricultura consume el 70% del agua) y energía, provocando problemas de sabastecimiento. A todo ello se une el cambio climático, que incrementará la escasez de agua en más zonas, sin olvidarse de la contaminación, la sobreexplotación y la desviación de ríos mediante presas. Ante este panorama, la ONU pone la cooperación internacional como requisito fundamental para una gestión justa del agua, la preservación de los recursos y el aumento del ahorro y el uso responsable. “Cooperar en la esfera del agua es crucial no solo para garantizar una distribución equitativa de este recurso fundamental, sino también para promover las relaciones pacíficas entre y dentro de los países”, señalan desde la organización del año internacional. En este sentido, el potencial de la cooperación es “inmenso” y sus beneficios sociales, económicos y medioambientales son “considerables”. De hecho, al contrario de lo que se piensa, existen más ejemplos desde el año 1947 de cooperación exitosa (300 acuerdos) que no de problemas provocados por el agua (37 conflictos). De esta forma, la cooperación se erige como crucial para la seguridad, la lucha contra la pobreza, la justicia social y la igualdad de género, ya que una buena gestión y la colaboración entre usuarios permite afrontar la escasez y mejorar las condiciones de vida. Al mismo tiempo crea beneficios económicos mutuos, de la mano de un uso más eficiente y sostenible. Algo que se traduce en una mejor preservación de los recursos hídricos y protección del medioambiente, tanto a través del intercambio de conocimiento científico como el acceso a conocimientos sobre conservación de ecosistemas. La ONU también recuerda que el acceso al agua puede convertirse en un factor de paz, ayudando a superar tensiones culturales, políticas y sociales. Unos mensajes que se difundirán a lo largo del 2013, pero que cobran más fuerza durante el Día Mundial del Agua, centrado en atraer la atención sobre los beneficios comunes que generan ámbitos como la diplomacia del agua, la gestión de las cuencas transfronterizas o la cooperación financiera. Y más teniendo en cuenta que el agua no entiende de fronteras, ya que en el mundo existen 276 cuencas fluviales compartidas entre países, como el Danubio, repartido entre 18 estados ribereños. Además de las múltiples celebraciones y acciones solidarias que tendrán lugar por todo el planeta, mañana se celebran dos cumbres internacionales en La Haya y Nueva York.

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