¿Optimismo o pesimismo?

Tribuna de opinión de Arnau Queralt, decano del Col·legi d’Ambientòlegs de Catalunya para el especial Ecópolis

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada en Durban entre el 28 de noviembre y el 9 de diciembre, ha generado reacciones que van desde un pesimismo radical a un optimismo más que prudente. Se han hecho progresos respecto a conferencias anteriores, es evidente. Entre otros, se ha decidido establecer un proceso formal para adoptar antes del 2015 un marco legal, de ámbito global, para la reducción de las emisiones de gases con efecto invernadero.

La decisión fue tomada por todos los estados firmantes del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (incluyendo China y Estados Unidos, los principales estados emisores). En segundo lugar, 35 países industrializados han aprobado un segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto, el cual entrará en vigor el 1 de enero del 2013. Por otro lado, también se ha aprobado el mecanismo de funcionamiento del Fondo Verde por el Clima, que con una dotación de 100.000 millones de euros anuales (a partir del 2020) ha de ayudar a los países menos desarrollados a adaptarse a los impactos del cambio climático. La mitigación de las emisiones y la adaptación a los impactos requieren actuaciones cada vez más urgentes y compartidas para toda la comunidad internacional. En este sentido, Rusia, Japón y Canadá han decidido no participar en el segundo periodo de cumplimiento de Kioto y el acuerdo global de reducción de las emisiones no se aplicará antes del 2020. Se dice que un pesimista es un optimista bien informado.

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