¿Por qué seguimos hablando de Smart Cities?

Barcelona vuelve a ser la capital mundial de las Smart Cities gracias al Smart City Expo World Congress y su cita anual en nuestra ciudad. El término “Smart City” sigue siendo popular por razones bastante obvias. Primero porque las ciudades hoy en día tienen retos extraordinarios con la creciente urbanización, demandas de los ciudadanos, presupuestos reducidos,… y Segundo porque, quién quiere vivir en una ciudad no inteligente?

Siendo un término atractivo lo utilizamos ampliamente para referirnos a cualquier novedad introducida en la ciudad pero en general lo asociamos al uso de la tecnología para la (mejor se espera) prestación de los servicios y gestión de la ciudad. Desgraciadamente seguimos viendo demasiados ejemplos donde domina la tecnología sin pensar en el ciudadano y ello levanta reticencias.

¿Es bueno utilizar la tecnología (ser Smart)? Por supuesto. En un mundo como el nuestro, viviendo una profunda transformación digital, todo está cambiando. Cambiamos los hábitos y costumbres de las personas, cambian las empresas y las industrias,… ¿cómo no van a cambiar las ciudades para explotar las oportunidades de la transformación digital? Por supuesto es bueno utilizar la tecnología. Pero tan importante, o incluso más, es utilizar lo que por analogía a mí me gusta llamar “Smart Governance”. El término en inglés parece más importante y se refiere al necesario cambio (inteligente) en el modelo de gestión de la ciudad.

No hay mucho espacio en este artículo para elaborar a fondo sobre este tema pero animaría al lector a visitar la página web de Cities in Motion (www.iese.edu/cim/), uno de los impulsores del proyecto de Naciones Unidas PPP for Cities (http://www.pppcities.org/), donde encontrará distintas publicaciones sobre este tema. En general, la gobernanza inteligente de la ciudad requiere:

  1. Definir un modelo de ciudad de forma participativa, abierta y con orientación de largo plazo, lo que nosotros llamamos establecer una estrategia de ciudad.
  2. Romper barreras y silos buscando la colaboración tanto externa (público-privada; involucrar la ciudadanía, universidades, ONGs, sociedad civil,…) como interna (romper los tradicionales silos municipales)
  3. Apoyarse en la tecnología pero yendo más allá, sin someterse a la misma, poniendo siempre al ciudadano en el centro de la ciudad y su proyecto.
  4. Explorar nuevas formas de hacer las cosas, innovar, apoyar el emprendimiento, probar y experimentar. Ya decía Einstein que no podemos solucionar los problemas con las mismas fórmulas que los han creado.

Este es el gran reto de las ciudades; muchas ciudades han dado pasos tremendos en esta dirección y podemos aprender ellas. Desgraciadamente el entorno político actual no ayuda a dar el paso necesario, dar poder (de decisión y presupuesto) a las ciudades pues la solución de muchos problemas no es estatal ni regional, es local. El siglo XXI es el siglo de las ciudades.

 

Prof. Joan E. Ricart, Director Académico del PPP for Cities IESE Business School

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