Una vez asentados los ayuntamientos democráticos, a partir de la mitad de la década de los 80, muchos ayuntamientos empezaron a incidir en la construcción de viviendas públicas, creando empresas de capital público a fin de gestionar los diversos planes parciales (el 10% de aprovechamiento medio) y a trabajar en el suelo disponible, con tres objetivos básicos: incidir en el mercado libre de viviendas (aunque muy modestamente); ofrecer casas dignas a unos precios asequibles para la gente con más problemas, y dar una respuesta a una necesidad básica largamente reivindicada por…
