Actualmente, cuando decimos que se nos han fundido los plomos, suele tener que ver más con un problema físico que con el suministro de la luz y el fallo del diferencial. Fruto de la revolución industrial, nació en Catalunya una nueva profesión, la de plomista, que más tarde recibiría la denominación de electricista. Hoy por hoy, el campo de las instalaciones reúne profesionales de todas las especialidades, desde el gas, la luz y el agua hasta las telecomunicaciones y la domótica. En total unos 150.000 profesionales, con un volumen de negocio de 15.000 millones de euros al año, según Conaif, la asociación que agrupa a las compañías del sector.
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